sábado, enero 10, 2015

Tabú ... mito... el ejército en Guatemala

Somos una sociedad con un intrincado tejido histórico que nos hace ser o parecer de una u otra forma según sean las circunstancias. Diría que somos muy miméticos y que podemos llegar a extremos violentos con mucha facilidad si las condiciones nos llevan al límite, de lo contrario la pasamos con el día a día, sacándole chiste a todos nuestros males, nuestras desgracias, nuestras limitaciones... Nos desahogamos con un chiste, con una mofa, con un rezo, una oración, cantos, alabanzas y por que no construcciones déicas a la medida para poder empezar de nuevo la vida con el sol de la mañana siguiente del día de borrachera de cualquier tipo generada por nuestra realidad cotidiana. Realidad que en el fondo no nos gusta nada pero que enfrentamos todos los días, al final conocemos los medios o métodos para saberla llevar, resilientes seguro. En esta forma particular de ser tenemos nuestros tabúes, nuestros mitos que han calado en nuestro consciente y más profundo en nuestro sub consciente al lado de los peores terrores, claro lo digo desde un lado de la población que no pretende ser uno más de advenedizos que las migajas los hacen sentirse como los mayores depredadores modernos, al final esta es una de las estrategias que en nuestra historia ha funcionado bien, de ahí que el viejo dicho popular tenga muy claro su alcance “chafa y cura comida segura”; hoy perfectamente cala para políticos, narcos, crimen organizado, y pastores que han encontrado en ese bidente histórico los principios para hacer lo mismo y obtener beneficio de un pueblo que parece, hasta ahora, que aguanta con casi todo. Pero acá trato de acercarme al sin sentido que países como Guatemala tengan ejército. Resabio de aprendices guerreros medievales, más aun protohistóricos descubridores de la guerra, la explotación de los otros y del trabajo ajeno. Poder, riqueza, favores y con ello impunidad absoluta, la rosca en la cual se vive muy bien a costillas de los cautivos, de los tributarios, les cobro con terror, con “protección” cuando ellos encierran en sí mismos las más perversas mentes criminales, estrategas del terror y cínicos paladines guerreros de sus propias secreciones anticiudadanas, “necesarios” para un Estado decadente y distinto al que realmente necesitamos, si podemos decir que sea necesario como hoy lo conocemos. El imperio les provee la condición de “policías” al estilo de los “tonton macoute” la gestapo la propia vigilancia judía en los guetos de concentración. Si al mismo estilo, con nuestros recursos, con nuestra gente, (no hay peor cuña que la del mismo palo) y todo aquel que se les va un poquito de la mano simplemente lo derrocan, lo persiguen y aniquilan y ahora la moda de ser perseguidos por narcotraficantes, pero insisto solo si se les va de las manos hasta donde quieren que llegue. Son como aquellos perros con cuerda extensible, llegan hasta donde el amo quiere. Muchos de ellos se dicen “revolucionarios” y han armado cada lío a su manera pero muy pronto son aniquilados de una u otra forma, ya sea eliminándolos físicamente, dándoles el poder, dinero o una embajada, todo dependiendo de lo que indique el cardex convenientemente guardado desde sus primeros años de formación, bueno esto en duda, digamos como ellos: adiestramiento, si adiestramiento cual bestias cargadas de afilados dientes y garras para actuar cuando les sea activado el “chip” a la distancia, a control remoto y todos pagaremos por ese despertar. No tiene sentido que exista cuando una de las premisas es salvaguardar las fronteras, la soberanía... !que soberanía! si hoy es tan porosa y se abre y cierran a su antojo. Cuando los cargamentos de cualquier cosa entra y sale por donde sea a salvaguarda de un poder oscuro y maloliente. Hoy aun cuentan con un banco, financieras, franquicias, etc. Se nutren a sabor y antojo de los fondos públicos gracias al poder que ejercen en cada gobierno, militar o no que se turna. Instituciones que son saqueadas continuamente a través de sistemas “legales” o de formas nada legales y si descaradas. Malversaciones que son justificadas porque son el ejército, toda condición fuera de la ley cobra sentido si está dentro de sus acciones, fueros especiales, hospitales especiales, cárceles especiales, todo especial como si fueran y así lo practican y lo muestran ante el resto de mortales, clase aparte, ungidos divinos o nobleza trasnochada. Hoy no tiene sentido que exista, hoy necesitamos ser de otra forma como pueblo, como país, que el imperio cuide de si mismo con su propia gente, que luche sus guerras con ellos, al fin nosotros no somos oposición para nadie a la hora de querernos invadir o conquistar, aunque suene desagradable y anacrónica la expresión. Seguramente la compasión o los intereses de alguien más velará por nosotros. Ya no vale la pena sostener instituciones como esta, carece de sentido en un mundo moderno en donde todos sabemos que es lo que pasa y tenemos el sabor del disgusto impregnado pero callamos, nos reímos con bromas silentes como las que hacemos con el propio dios o su séquito. Mucha gente la califica bien pero tendremos que ver cual es su nivel de conciencia histórica, su nivel de cultura general, sus niveles de educación e información, estos son la mayoría que dice si. Los que necesitan de la fuerza bruta, la violencia, el garrote para poder funcionar. Lo mismo funciona con el garrote o con la biblia, funcionan fuera de su libertad ciudadana porque se las han robado o la han subastado para poder seguir adelante, lo entiendo pero no, no lo admito. Los menos que dicen que son aquellos que han visto en la estructura la forma y el garrote de mantener el orden y a si mismos, sus privilegios, sus contactos y la trasnochada idea paternalista de ser los salvadores del pueblo que no deja de ser visto como el infante que debe ser corregido, como si no fuera esa misma estructura la que a fuerza de ausencia de servicios mínimos, que debieran ser entregados a un pueblo en el buen manejo de sus impuestos, nos deja débiles en todos los niveles pero no en el espíritu interior que deambula esperando encontrar el momento para ser una sociedad de otra forma en donde el ejército ya no exista y con ello nos hayamos librado de un peso histórico que nos deja más deudas que ganancias, mala inversión hecha hace más de cien años, no sabíamos como enfrentar los imperios de aquel entonces tanto los locales como los vecinos que nos acomodaron en la nuca el garrote que deformó a muchas generaciones y roba a las actuales el pensarse de otra forma, simplemente porque no la conocemos. Simplemente como el elefante que es incapaz de liberarse de una estaca clavada en el suelo, aunque su fuerza sea mucha, mucho más superior a ella. Simplemente le hicieron creer de pequeño que no podría y ahora ya de grande no lo intenta más porque le integraron el mito, el tabú que eso no se puede.

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