lunes, febrero 13, 2012

Los nuevos ricos producto de la posibilidad criminal y ¿los viejos ricos?

En este momento se escriben artículos puritanos en cuanto medio de prensa, revista o folleto este a disponibilidad; claro de propiedad de unos cuantos, de los de siempre. A los otros se les persigue penal, política o simplemente se ejecutan unos con otros y todo debido a la lucha por asirse a un escaño de la clase rica guatemalteca, los viejos ricos ya tienen su séquito de serviles que defienden su “honra” y ven con recelo que los nuevos ricos se puedan establecer como notables personajes de la sociedad que en el futuro bien próximo sean ya parte de blancura oligárquica del país. Construimos con descuidado olvido nuestra historia y cada ves que alguien quiere recordarla lo tildan de todo: resentido, subversivo, marero, comunista, marihuano, pobre muerto de hambre o narcotraficante. Se quieren hacer de la vista gorda, quieren pasar desapercibidos, quieren que nadie sepa que sus tierras y riquezas fueron de origen mal habido. Que sus abuelos se apoderaron de todo lo que pudieron a fuerza de ley y basados en ello pasaron sobre todos, un Estado a la medida, leyes a la media, las de ellos. Todos los demás quedan proscritos y deben acatar, aun a cuenta de su miseria, hambre, cárcel y muerte, que se puede crecer en ese anhelado estatus social. Hay de aquel que no entre por esas reglas; establecidas para que el anhelo no se logre y si hay alguno que pase, pues hay que hacer “todo” lo posible por que no llene de “masa de maíz” sus aterciopelados tronos. Esta estructura favorece todo para que las cosas no se den como en la teoría debería darse, como un conjuro de brujas o merolicos de estación de radio de las diez de la noche; conjuros tan complicados que resulta imposible su cumplimiento y si logramos hacernos de todo: diplomas, medallitas y reconocimientos y aun así no se nos hace, seguro es porque no hicimos algo bien. Risible, risible. Entonces algunos con la posibilidad criminal cercan a ellos, en un barrio marginal, en una prestigiosa universidad, en la ruralidad olvidada, el los ejidos ladinos e indígenas; “se la juegan” compartiendo con los puros de abolengo la droga, el trance, la evasión, el lavado de activos hasta que este asunto sea insostenible para unos u otros. Regularmente salen ganando los puros y de sangre azul, los buenos, los dechados de bondad, los benefactores del pueblo, los padrinos de la miseria. Los advenedizos caen prontamente presas de la vanidad, del despilfarro de disfrute pleno de lo que no han tenido o lo han tenido en forma limitada y pronto se “dan color” y terminan siendo los encarcelados, los perseguidos, los ejecutados o los capturados por los gringos para hacer justicia divina en la tierra; claro esto sin ser presas del despojo por todos aquellos que puedan aprovechar la oportunidad, con ley se sacraliza lo satánico, se olvidan las deudas y se acrecienta la riqueza. Pero luego de algunos años cuántos de estos hoy perseguidos como criminales serán consolidados como nuevos miembros de buró de ricos dueños de casi todo y nuevamente habremos olvidado sus raíces y les reconoceremos en la lejanía como parte de los que ya están cabales y empezaran a mezclar su sangre para no perder un solo centavo de su riqueza y como buenos medievales buscar acrecentarla.