martes, enero 24, 2012

Criminalizar la sociedad en que vivimos

En estos días por fin explotó una nueva forma de persecución mundial que replica en gran medida lo que pasa en nuestra sociedad marginal, vemos como grupos de marginales excluidos por tantos factores sociales vinculados primordialmente al acceso a la riqueza y a través de ellas a infinidades de productos y servicios, vemos como la creatividad en nuestra sociedad resuelve a como dé lugar, recurriendo a hechos violentos en el caso de los que han perdido el rumbo, la esperanza, el pudor, el amor a la vida propia y ajena. Esos otros, los demás, los no yo; no son más que presas de caza, en su patio trasero, al estilo de “América para los americanos”. Presas a las que hay que sacarles provecho y sin miramiento alguno aniquilarlas, restringirlas, dominarlas, controlarlas, subyugarlas, reducirlas; si este propósito entra en riesgo. De ahí la facilidad en matar a cualquiera, simplemente son ese alguien útil en cuanto me provea, por quien subsisto, de quien obtengo beneficio en todo y cuanto pueda. Pero estos son los más atroces, aquellos pequeños grupos de bárbaros que no les tiembla la mano o el dedo para poder darle continuidad a lo que ya se han establecido como normal y que pierde el anonimato cuando las condiciones sociales son facilitadas y ante esto la impunidad hace que se muestren en toda su magnitud violenta y desencarnada. Los otros buscamos hacer la lucha, la luchar para sobrevivir día a día, recordando la valiosa oportunidad que brinda la vida para pensar y actuar desde nuestras posibilidades. Pero pintemos a todo aquel que estaría puesto en el lienzo del crimen silencioso, del día a día, del que corrompe, del que es corrompido, del que cree encontrar la justicia en quitarle al que tiene y darlo al que no, y que producto de la enajenación lo justifica. Somos un trozo de esa sociedad mundial que se replica a sí misma y que de igual manera, nuestra pequeña sociedad tiene sus propios perros de caza que van detrás de todo aquel que quiera “salirse del guacal”, nuestras leyes locales persiguiendo a todo aquel criminal que empobrecido por la miseria en la que ha crecido y sumergido en las aguas sulfurosas del consumismo no encuentra más salidas, la mayoritaria; quedarse así como está el resto y morir satisfecho de haber vivido en la miseria, vencidos, sometidos por ese sistema; el otro, uno en un millón, podríamos decir, se cuela a un mundo que le permite vivir mejor y ser el ejemplo de las oportunidades que da la sociedad, haaaa!!! la movilidad social se ha consumado. Los otros se constituyen en individuos, regularmente aglutinados en gavillas herederos por derecho (pensamiento nacido espontáneamente basado en el rencor y el fastidio), de toda la riqueza que puedan llegar a tener, aunque no sea más que un miserable puñado de billetes. Pero ahora esos piratas que hasta del nombre se han apropiado renovando a los personajes ya centenarios, ahora no son doblones de oro y plata, ahora no son barcos, sables, cuchillos y pólvora de cañones, ahora es tecnología, bite y bites, y un mar cibernético que ha cambiado el oro por el plástico y los micro chips. Estos piratas tienen sus ojos bien abiertos, al igual que su ingenio; llevan a donde sea toda esa riqueza de la cual están excluidos los pueblos y que su resplandor les es restregado en su cerebros a través de la pantalla plana, en los medios de distribución masiva, en los teléfonos, en todas las carteleras posibles se les recuerda que no lo tienen y que deben tenerlo, porque esto es lo que deben tener, porque esto es lo que las grandes empresas desean, motivando de cualquier forma a su consumo. Esto me recuerda el noble sentido de liberar a los esclavos en los momentos que la producción superaba a los consumidores y que entonces había que acrecentar este bloque social. Ahora veo como todo ese mercado mundial de acceso a la información, a las artes, al pensamiento libre y compartido a los cuales no tenemos derecho porque tendríamos que pagarlo y para eso no nos alcanzaría, recordemos que hay sitios más humanos que nos colocan en un estatus especial para poder acceder a sus productos porque somos de países que no tenemos capacidad de pagar lo que si pueden hacer otros países que se nutren de nuestros huesos. No justifico nada de estas acciones porque están fuera de la ley, pero pregunto quién hizo las leyes? Cómo ahora el nuevo gobierno será capaz de erradicar las miles de ventas públicas y de entrega privada y por encargo de películas, programas, libros que solo vemos y veremos en las vitrinas reales o virtuales que nos recordarán que para tener accedo a estos productos debemos ser ricos, debemos estar en la lista de los que valen la pena en dólares o euros para que nos muestren el estreno y nos digan que esperemos a ver si los supremos dueños consideran oportuno y útil exponer a este pueblo de pobretones o bien nos hagan esperar hasta que se les de la gana y pretendan darnos las sobras, la tecnología basura. Entiendo son situaciones de mercado, de dinero, no de humanos; pero seguro que esto no se resolverá de un solo plumazo, de un grupo de personas que irán a parar a las cárceles federales o a las cárceles chapinas; en tanto no se resuelva el asunto en forma radical otros tomaran los lugares dejados por estos piratas del siglo XXI así como etiquetarnos como sociedades criminales, todo por mostrarles el pan detrás de la vitrina sin la posibilidad pronta o inmediata de llegar hasta la hogaza.