viernes, enero 25, 2008

Termina un Ciclo en Mi Vida


Hace diez años inicié una labor, que no quería ya realizar, un poco disgustado por la forma en que se llevan las cosas en las organizaciones y en donde las aspiraciones de unos es definitivamente el ostentar poder, sentirse poderosos a través de crear avalanchas que arrastran a todo aquello que a su paso estorba o simplemente no entienden y no encuentran en ellos la posibilidad de hacer más grande y de mejor manera la misión institucional, basta releer a Darwin en su Teoría de las Especies como para comprender como trasladamos y le damos una estructura social a los comportamientos animales que garantizan la preservación y preeminencia genética de una especie de las formas más diversas. Todo sea por perpetuarme en la historia, claro ahora desde una estratagema conciente o inconciente actuada en un entorno social, dicho suavecito, anteponerse a unos legalmente desde la estructura social, que irónico, el razonamiento nos da la herramienta para garantizar nuestra animalidad.

El aporte que cada uno entrega en esta relación social y visto de un lado o del otro es producto de los sueños de cada uno que participa y cree en ellos, en el liderazgo esta la función de hacerlo sonar como una sinfonía totalmente armónica o bien inventarse segmentos que suenan solos y sin una hilatura coherente, que al final aturde al interprete y le impide darse cuenta que no hay más sinfonía.

Bajo esas condiciones idealistas y transparentes salí de una institución que al igual que otras legalmente formales que le antecedieron y que no distaban del profundo sentido del ser para servir y no para servirse; o bien para convertirse en trampas burocráticas, mentiras ideológicas o estupendas muestras de sostenibilidad, por supuesto alejadas del sentido profundo que motivó su fundación y que hoy harán un buen trabajo, pero hasta ahí. Soy idealista y estúpido soñador que sigue pensando que las cosas se resuelven solas, en donde cada uno puso lo que tenía que poner y ahí se da la magia, el encanto y sobre todo la fe en lo que se hace. Todo esto no está de moda, está de moda la eficiencia, la exactitud, la prontitud y sobre todo el éxito en la competencia desleal de unos sobre otros, transferida a las estructuras institucionales.

Bajo esos sentimientos llegué a Grupo Ceiba, una organización pequeñita, frágil y endeble en su pronunciación vital, llegué con la idea de quedarme seis meses y esos pocos meses se convirtieron en diez años. Década rica en trabajo, en retos y ahora ya también en frutos externos, ya que los internos en cada espacio y a cada momento afloran en el devenir cotidiano. Una organización que buscaba ser aniquilada por su propio padre, ya que como buena hija vio que tenía que seguir creciendo y ser ella, que debía ser autónoma y respetar a quien le dio la vida y ser ahora ella por sí misma y para los que fue creada, porque en ellos está su sentido de ser.

Siempre insistí que Ceiba es grande, como el árbol que le da su nombre, gracias a los sesos, al corazón y sobre todo a las vísceras de todas y todos los que de una u otra forma hemos dejado el sueño y el cansancio en ella.

Hoy el trabajo de prevención, acompañamiento, mitigación y reinserción en Guatemala y por lo menos en los países vecinos es muy necesario y pertinente desarrollarlo, esto ante una realidad que nos agolpa y que usando un sistema económico que hasta el momento no ha funcionado, ha hecho aumentar la pobreza, la exclusión y la marginación de más y más población infanto juvenil. La brecha que generó una guerra de más de tres décadas hoy es más profunda y amplia y solo la triste actitud resilente del ciudadano adulto, cansado y agotado por la guerra no encuentra otra forma de hacerse sentir en la oposición hacia el fenómeno, una población joven, y me refiero a los que están dentro del sistema, enajenados consumistas que viven en su propia e individual realidad virtual creada por la publicidad, la competencia y el tener; en ningún lugar aparece el ser. Los otros jóvenes, la mayoría, analfabetas en todo sentido de la palabra, en donde a pesar de ello saben desde dentro que las cosas no deben ser así(inteligencia pura) y volitivamente son impulsados a la vida corta, intensa y veloz. Mueren sin conocer, sin entender académicamente que los llevó a ese estilo de vida impuesto por un sistema, arrancándole a la vida lo que les pertenece pero que ya tiene dueño.

Hoy estoy en el final de ese camino, hoy inicio uno nuevo, seguramente sobre veredas viejas con la certidumbre plena que queda mucho por hacer y que para hacerlo hay que hacerlo motivado y lleno de sentido; consciente que lo que se hace vale la pena. Hoy doy gracias por que la vida me ha dado tumbos y me ha llevado mares oscuros y tormentosos con remansos iluminados en los que se permite soñar para volver a actuar impelido por la fe y la satisfacción que se hace, se actúa para vivir con uno mismo y en esa relación en plena comunión con él otro en total relación altera. Hoy el misterio me saca de un crisol, me lleva en sus manos, me golpea con su voz y aun no encuentra la forma que ha de darme, hoy acepto volver al crisol creador en donde al fin encontraré la forma aun desconocida que hay para mi. Gracias por lo que fue, por lo que es y SI a lo que ha de venir.