viernes, agosto 24, 2012

Posdata...

Amigo Niks tu reflexión compartida me parece acorde a las circunstancias en las que algunos miembros de las generaciones adultas se despiertan de un letargo en el cual ahora la vida les empuja a ya no evadir la vida social que les ha pasado por los ojos y en muchos casos les ha arrebatado trozos de su vida, violentándoles a tal punto que no se piense, que no se llegue a tener tiempo para la crítica profunda y comprometida ante la muy alta posibilidad de morir en el intento. Ahora al pasar los años y estar vivos de milagro no la creemos y tanteando con los dedos extendidos de la mano buscando en la oscuridad llegar a un futuro distinto, otro mundo para los que vienen detrás. No es ese duro y cruel que nos ha hecho de la forma que somos, frustrados, indiferentes, violentos, criminales, enajenados según las situaciones y las manos amigas o las enemigas nos excluyen, nos empujan, nos desechan o en el mejor de los casos nos han dado las mejores de las oportunidades... estar vivos y ser ahora parte de los que luchamos con nuestra propia realidad y nos queda tiempo y esfuerzo para intentarlo más allá de nuestra esfera social. Nos damos cuenta como los ciclos se dan infinitamente sin ser rotos para ser restablecidos de manera distinta; más favorables para las personas como entiendo en tu expresión, si, nos convertimos en seres aun más sensibles y a la vez exigentes, cansados por el sin sentido de haber vivido la vida pasada esquivando los retenes, las brechas los campos muchas veces minados, las trincheras y las batallas campales en las que quedaron miles de seres cuyo mayor pecado fue tener esta sociedad como cuna, la pacha con vinagre y el aire teñido de cianuro. Al final está en nosotros decidir que tan humana puede ser una revolución, hasta ahora no conozco ninguna que no haya terminado violentando criminalmente (incluida la muerte) a los que señala como el motivo de la misma. Y aquellos líderes que lo hicieron con conciencia humana se sacrificaron hasta el punto de que la vida les fue arrebatada o la entregaron en acto final de sacrificio. Murieron en el proceso y sus sucesores se comportaron como lo peor de la rapiña en nombre de un mártir, en nombre de los más necesitados, en nombre de un ideal. Ahora el acto revolucionario es como la gota de agua que trasforma la roca (violentando su geoforma) para darle cabida en el tiempo a algo distinto, nuevo cada día. No se te olvide que la herramienta, el concreto, los bloques y la estructura interna de cada revolución es el hombre, la persona, el ser divinamente complejo que puebla este mundo.

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